Cierta vez, se encontraban juntos el Joven Camello y su padre. En un determinado momento y luego de mirar fijamente a los ojos a su padre, el joven camello pregunto:
Papá, porque tenemos estas jorobas en nuestras espaldas?
A lo que el padre muy atentamente respondió: Para contar con la reserva de agua que se necesita para estar en el desierto.
El joven Camello, reflexivo ante la respuesta de su padre, lo miro nuevamente y volvió a preguntar:
Papa, por que tenemos las pestañas tan largas?
Nuevamente y con total amabilidad, el padre respondió:
Para que el sol del desierto no dañe nuestros ojos.
Inquieto y ansioso por saber, el joven camello miro otra vez a su padre y esta vez le pregunto:
Papa, por que tenemos estas pezuñas tan grandes?
El padre lo miro a los ojos con extremada ternura y le respondió:
Para que la arena del desierto no queme nuestras extremidades.
El Joven Camello, sorprendido antes las respuestas de su padre, lo miro detenidamente a los ojos y nuevamente pregunto:
Entonces que hacemos en este zoológico.?
Muchas veces, el estar en el lugar equivocado, nos hace dudar de nuestras capacidades y nos impide seguir, avanzar, crecer, desarrollarnos.
Como el joven Camello, es importante que día tras día y fiel a nuestras convicciones y a nuestras capacidades busquemos nuestro propio lugar, aquel lugar en el podamos desplegar plenamente nuestras capacidades, siendo nosotros mismos y disfrutando del placer que nos otorga el poder hacer lo que realmente queremos hacer a partir de nuestro propio ser.
Como el Joven Camello, descubramos nuestro potencial y junto a el elegir el camino por el que deseemos transitar.
Clr. Marcelo Peralta
1 comentario:
muy bueno!
Publicar un comentario