" El Enojo como parte de un Proceso"

Con fecha 17 de febrero del corriente, la colega Clr. Maria Sivana, realizo en su blog una publicación muy interesante sobre el enojo denominada " El enojo que resuelve " en la que hace referencia a ciertas características del tema mencionado.

En esta oportunidad y con todo el respeto que la colega se merece, me pareció interesante retomar el tema del Enojo, pero del Enojo como parte de un Proceso, ya que esta emoción normal que experimentamos todos los seres humanos, no aparece por si sola, sino como consecuencia de una situación o de determinadas situaciones ante las cuales nos sentimos amenazados, situaciones en las que pensamos que nos han lastimado, en las que hemos sido defraudados, o sin ir mas lejos ante la presencia de una Crisis Vital.

Habitualmente, todos estos momentos nos sumergen en un proceso en el cual afloran en diferente orden sentimientos y emociones dentro de los cuales el enojo no esta ajeno. O a veces no sucede que ante una situación displacentera nos quedamos asombrados por el hecho, no lo podemos creer y nos angustiamos y también nos enojamos con todos y con todo para luego pasar a una etapa posterior.

Pero como otras emociones, el enojo también tiene sus consecuencias y se puede transformar en destructivo si se siente con demasiada intensidad o si se manifiesta o expresa de manera inadecuada, produciendo afecciones de orden físico y psíquico y alterando el normal desarrollo de nuestras relaciones.

Así como el enojo tiene su intensidad, que generalmente esta relacionada con el hecho que lo ocasiono y en como nos afecto el mismo,  también tiene su tiempo de procesamiento y maduración, y dentro de el sus reacciones típicas, por lo cual es importante darle el espacio necesario y arbitrar los medios necesarios para trabajar de la manera mas adecuada y seguir adelante con el transcurrir de nuestras vidas.

La respuesta al enojo, no se encuentra al silenciarlo ya que esto influye negativamente en nuestra salud, de lo que realmente se trata es de responder adecuadamente, siendo importante para ello el reconocimiento de los primeros indicios que comienzan a evidenciarse y que funcionan como una alerta que nos señala la aparición de esta emoción.

Algunos especialistas sostienen : "Permitir que el enojo nos maneje o que nosotros lo manejemos a el, sera siempre una decisión pura y exclusivamente nuestra".